"Con
todo, y pese a que el rechazo a la reforma laboral es masivo, son
muchos los trabajadores que a pocas horas de la convocatoria todavía
dudan si seguirla o no. A quienes piensan que hacer hoy una huelga es
más difícil que nunca, que se lo pregunten a sus iguales del XIX -hacia
el que nos dirigimos de cabeza a golpe de reforma-, si entonces eran
fáciles unas protestas que costaban cárcel y muerte a muchos. También
por ellos debemos hacer huelga, en deuda con ellos y obligados a no
malvender unos derechos que tanto costaron. En cuanto a los que se dicen
poco dispuestos a perder un día de salario, que bastante apretados
estamos ya como para prescindir de unos euros, que echen números de
cuánto más pueden recortarles el sueldo con la reforma, y ya verán si
les trae cuenta.
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