lunes, 22 de noviembre de 2010

Me cuelgo de las estrellas.

De cómo las pasiones ésas absurdas, ese desnudarse el uno al otro con la mirada, ese querer morirse de golpe, ese cortársete la respiración mientras hundes la cabeza en un hombro ajeno, ese amar el aire libre mientras amas, sin más; ese reír cargado de histeria por las manos que te arañan... de cómo las urgencias, el colapso, las presiones... De cómo los desenfoques existen, y que se te vaya la cabeza de vez en cuando merece mucho la pena.