miércoles, 27 de junio de 2012

De fuego mis murallas.

Si tuviera que describir mi Madrid, hablaría del patio interior de un edificio de viviendas que nunca fueron vendidas, con La Otra cantando sobre el escenario y el mundo a mi lado en un sillón rojo de quinta mano, los reposabrazos grandes, muy grandes, las paredes de colores y dibujos de un Sol lleno de puños en alto que trepan por los muros hasta arañarle un orgasmo a la luna. Lavapiés de madrugada litrona en mano, la plaza que sonríe mientras se lía un verde y toca la guitarra con esa sonrisa suya tan puta, tan dolida y tan viva, tan llena de mierda y de esperanza vacía.

Madrid, no sé, es la segunda planta del Patio Maravillas con sus reuniones de cinco horas y el humo que se te atraganta por no poder abrir las ventanas. Los paseos arriba y abajo desde Plaza España y las cenas a contra-tiempo donde ataque el hambre.  Ciudad Universitaria y sus vuelva-usted-mañana, la cafetería de la Facultad de Filosofía, el futuro encerrado en la María Zambrano. Diría de llamadas de teléfono, de no-no-tengo-tiempo y de sí-te-invito-a-una-caña, y una sensación mravillosa de estar creciendo por momentos. 

Madrid es montañas de libros y las calles ahí abiertas, que pareciere que muerden, que arañan la espalda como el revés de tu cama, los autobuses nocturnos cada media hora y el silencio esperando en Moncloa. Decidir que no me da la gana y salir a la vida a las dos de la mañana con ese hola-puedo-dormir-contigo, arrojarme desde cinco metros de altura mientras las telas dan vueltas, vueltas, que nací hace dos años en mitad de Gran Vía. La Marabunta inundada de gente, las pancartas de cabecera, la tensión por saber qué calle está ya cortada, conciertos en Libertad 8, Historia, tus jodidas manos, otro cubata, la cabeza que da vueltas. Amar la vida.

(Diría -supongo- algo así).

Yo no vivo, yo ardo.

(Y así todo el tiempo)

viernes, 22 de junio de 2012

Basta ya.

Nos privatizan lo público, nos privan de espacios de reunión, nos echan de las plazas, nos impiden desplazarnos libremente, prohíben nuestras protestas, criminalizan nuestros actos, nos tachan de criminales, nos borran de los medios, nos espían y nos detienen.
Libertad detenidas por luchar.
http://www.publico.es/437889/seis-detenidos-por-la-protesta-contra-el-tarifazo-del-metro-de-madrid

lunes, 18 de junio de 2012

Habrá un día.


Me voy a llorar mientras estudio. Puxa Asturies. Δύναμη Ελλάδα.

(Me acaban de decir que el chaval que hace de Súper Pública es de la cuenca minera, y que su padre lleva un mes en las barricadas).

miércoles, 13 de junio de 2012

Santa Bárbara bendita.

Hay algo de mito en el caucho ardiendo. Algo de intintivo en ese imaginario colectivo compuesto por desprendimientos de rocas, hombres (siempre hombres) entrando en la mina a los 17 años y saliendo a los 65, vías cortadas, mujeres (sic) trayendo leche a novios y hermanos. Algo de telúrico y de fe religiosa en la fuerza del desesperado, el empuje de los desheredados que parecen encontrarse, más que nunca, en una época que no es la suya. Algo de residuo del subconsciente, en los disparos allá en el monte y los pañuelos que tapan las caras. Porque si algo aterra de Asturies saboteada, de Asturies bloqueada, de Asturies digna y en pie; si algo aterra de Austuries rebelde, de Austuries minera y dinamitera, es la brecha temporal que abre y desde la que nuestros abuelos parecen mirarnos a la cara, con todo lo bueno y todo lo malo, a nosotras la sociedad urbana y tan perfectamente posfordista de este siglo XXI.

domingo, 10 de junio de 2012

España, año cero.



Lo llaman "rescate dulce", y no es ni una cosa ni la otra. No nos rescatan, porque no van a mejorar la vida de la ciudadanía del país: el régimen lo niega, pero cualquiera con un poco de sentido común sabe que, como ha sucedido en el resto de los países del Mediterráneo todas las "ayudas" de la Europa del neoliberalismo tienen como contrapartida más recortes, más cesión de soberanía y menos democracia. No es dulce, porque las consecuencias sociales del ajuste estructural que comenzó en 2010 seguirán siendo extremadamente duras: generalización de la pobreza, profundización de las desigualdades sociales, exclusión y miedo.

Como Reuters predijo y Soraya desmintió, hoy se ha oficializado que el Estado español ha ido a Bruselas y ha solicitado el rescate financiero. Eso sí, no lo hemos hecho como lo hicieron Portugal  o Grecia, asumiendo que las cosas estaban mal y necesitaban ayuda, sino que lo han hecho por la espalda, de otra manera, para no "estigmatizar la economía".

Pues bien, nuestra economía está ya estigmatizada. Estigmatizada por los Blesa, Rato o de Guindos. El estigma está en no procesar a quienes han especulado con el dinero de todos y han provocado esto, está en seguir mirando para otro lado, en hablar de la herencia y de la coyuntura internacional.

Porque el Estado español, de facto -y dentro de poco de iure, si no ya mismo- no es soberano. Y no lo es desde hace tiempo. Bailamos al son de la prima de riesgo, manejada a voluntad por especuladores del corto plazo; defendemos "más Europa" cuando queremos decir "menos Berlín, por favor" sin decirlo, porque Berlín se puede enfadar y recortar algo, y con una Asturias nos vale, gracias, que no queremos a más ciudadanos enfadados, conscientes de lo que de verdad está pasando.

"España va bien", que diría aquél. Pero no por repetir este mantra una y otra vez la situación cambia. Decenas de desahucios por todo el estado al día, EREs que se aprueban como aprueba una estudiante de primaria -si es que todavía tiene profesora- un examen de lengua, recortes en sectores muy sensibles de las ayudas -ayudas motivadas por las cuotas de producción impuestas desde Bruselas-, pastillas para la tos para quien tenga dinero y no tos...

Y mientras, Dívar comiendo en Marbella, Rato presidiendo el consejo de adminsitración de Caja Madrid y Rajoy entrando en el Parlamento por la puerta de atrás, para que nadie le vea mendigar lo que él no es capaz de exigir dentro de su propia casa.

Frente a esta situación, nosotr@s, l@s ciudadan@s, tenemos que tomar las riendas. La PAH, la Oficina Precaria o la consecución en tiempo récord del dinero para enjuiciar a Rato son buenas muestras de ello. Nuestros gobernantes dejaron hace tiempo ya de representar la voluntad del pueblo para representar al mercado.

Recuperemos la soberanía. En las plazas, en las calles, en las carreteras, en las minas o en los puertos, en las aulas y en los supermercados. Porque es nuestra, porque somos nosotras. Porque nos pertenece, porque una democracia debería fundarse en las necesidades, los deseos y las aspiraciones del 99%. Porque si no es democracia, es dictadura del mercado y de la deuda. Porque ya llevamos el estigma de una clase política incompetente y de un sistema económico usurero y ladrón, impune.

NO SON RESCATES, SON CHANTAJES.

sábado, 9 de junio de 2012

Cuando miras los diarios.

Más que miedo a lo que pase, tengo miedo de que no pase nada.
Bienvenido Mister Marshall, y tal.
 

miércoles, 6 de junio de 2012

Pero no me seas cobarde, por favor.

Cuando tenía trece años, pasé por la embarazosa situación de tener que explicarle al chico modelo de mi instituto, tres años mayor que yo y en plena y horrible adolescencia, que no sucedía absolutamente nada porque yo estuviera pillada por él. Me recuerdo en la sala del Club de Ecología, ayudándole con unos papeles del Consejo Escolar y diciéndole con toda la tranquilidad que me era posible que sí, que me gustaba, y qué. Él no parecía comprenderlo, como si al instante fuera a pegarme a él o a perseguirle por el patio del recreo (ya ves tú, qué más iba a hacer yo a mis impúberes trece años).

Si soy sincera, he de reconocer que me costó hacerlo. Pero, a la vez, me parecía algo tan terriblemente normal que no entendía por qué no debía contarlo. Nunca soporté los que-no-se-dé-cuenta y las risitas tontas de mis amigas; siempre preferí reírme alto y dar la cara, aunque fuera hablando rápido y sin pensar, antes de que me diera tiempo de arrepentirme de esto o de aquello. Ahora sigue ocurriendo así, siempre. Las medias tintas se las dejo a las otras, gracias.

Me convencí de que cualquier otra acción radicaba en cobardía, en la vergüenza más pura. Que no había nada de malo en confesar algo tan llano. Que ellos lo hacían tranquilamente, joder, por qué no yo. Una y otra vez en mi cabeza, el niño malo de mi clase de primaria, el gamberro de diez años que gemía en clase mientras la profesora intentaba callarlo gritando que eso no se hacía en público. Yo lo miraba admirada. ¿Por qué no?


(Y a veces, en este afán de destrozarme las inseguridades que llevo dentro, me pregunto si no seré yo la cobarde).

lunes, 4 de junio de 2012

Bankia es nuestra.

Avanzando. Paso a paso y sin miedo.

La Historia se cayó.

Dedicado, con amor, a mi profesora de Historia de América Moderna, de cuya asignatura me examino mañana.

Soledad sobre ruínas, sangre en el trigo
rojo y amarillo, manantial del veneno
escudo heridas
Cinco siglos igual.

Libertad sin galope, banderas rotas
soberbia y mentiras, medallas de oro y plata
contra esperanza
Cinco siglos igual.

En esta parte de la tierra la Historia se cayó
como se caen las piedras, aún las que tocan el cielo
o están cerca del Sol.

Desamor, desencuentro, perdón y olvido
cuerpo con mineral, pueblos trabajadores
infancias pobres
Cinco pueblos igual.

Lealtad sobre tumbas, piedra sagrada
dios no alcanzó a llorar, sueño largo del mal
hijos de nadie
Cinco siglos igual.

Muerte contra la vida, gloria de un pueblo
desaparecido, es comienzo, es final
leyenda perdida
Cinco siglos igual.

Es tinieblas con flores, revoluciones
y aunque muchos no están, nunca nadie pensó
besarte los pies
Cinco siglos igual.