jueves, 29 de noviembre de 2012

Y tú, caminando, lo iluminas todo.

Estaba pensando, mamá, que ésta canción me recuerda irremediablemente a ti, creo que más que ninguna otra, más que Princesa de Serrat o Santa Bárbara Bendita o aquella de la mujer que espera en el muelle a que vuelva su amor. Tenías el casette en el coche, o el cd, no recuerdo lo que era, y lo ponías una y otra vez. Yo no podía entender la canción y me sentía fatal cuando la escuchaba; no entendía qué era eso tan cruel que hacía que él no volviera nunca, por qué la abandonaba. Yo, claro, no sabía quién era Víctor Jara.

Te quiero muchísimo.


miércoles, 28 de noviembre de 2012

Las calles no están puestas a las ocho de la mañana.

Ayer, tomando un café entre sesión y sesión de las Jornadas por el Derecho al Aborto que algunas estudiantes de la Universidad Complutense hemos organizado en la Facultad de Historia (la mía, murmuro con el miedo que me generan los posesivos), descubrí a un grupo de batas blancas sentadas en la mesa del fondo. Sin caer en que las estudiantes de Veterinaria visten de verde, recuerdo haber pensado cuánta gente ha venido hoy de la Facultad de enfrente, habrán cerrado su cafetería. Mucho después, alguien me señaló a una mujer que pasaba a nuestro lado: bata blanca, carpeta con firmas, y como indicativo un brazalete: Sanidad En Lucha.

Ayer las veías por todos lados. Hace unos días sólo había negro, azul y amarillo en montañas y montañas de colores, pero ahora la Huelga de recogida de basuras ha terminado y ayer sólo se veía blanco por las calles. Paseando de un lado a otro, en todas las plazas y paradas de metro, en la puerta de las tiendas, esperando el autobús: batas blancas y un mismo brazalete. En grupos de tres, cuatro, cinco personas. Sonrientes y desesperadas, con la rabia y la fuerza de quien sabe que si no lucha lo va a perder absolutamente todo.

Ayer, Telemadrid no emitió ninguno de sus programas. A mí que no tengo televisión me lo contó un amigo: la pantalla negra, con un único mensaje: Estamos en Huelga. Y los transportes públicos, después de dos meses de paros, se plantean volver a convocar.

No sé qué me voy a encontrar hoy cuando salga a la calle. Quizá me cruce, qué cosas, con una de las ciento veintiséis profesoras y profesores de la Universidad Complutense que están dando clase en la calle. Con ellas o con las miles de estudiantes que están soportando esta temperatura ártica porque, sinceramente, no les queda otra. Porque no nos queda otra. Porque o salimos hoy a la calle o igual ni las calles nos quedan mañana.

Cuando yo era pequeña, mi madre me solía contar que las calles no estaban puestas a las ocho de la mañana. Se equivocaba. Todos los días a esa hora, yendo a clase por Gran Vía, las calles asoman una mano roja helada de frío por entre el edredón del hombre que vive en la puerta de uno de los teatros, murmurando si alguien tiene algo de comida.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Ya eres una más.

 "Olvidamos por cuánto tiempo los abusos pueden seguir siendo 'desconocidos' hasta que son evidentes; por cuánto tiempo la gente puede contemplar la miseria y no advertirla, hasta que la propia miseria se rebela". 
 E. P. Thomson, La formación de la clase obrera en Inglaterra.


Que sí, que han detenido a una periodista de La Sexta por negarse a entregar sus grabaciones. Que eso supone un gravísimo atentado contra la libertad de información y que cada vez el Régimen disimula menos, vale. Pero es que resulta que no es la primera periodista víctima de la represión policial por ejercer su trabajo.

Sin irnos muy lejos, durante la Huelga General del 14 de Noviembre la policía detuvo en Madrid con falsas acusaciones al fotógrafo de La Tuerka. En cada manifestación, las reporteras corren de un lado a otro con chalecos y cascos para protegerse. Las identificaciones aleatorias a periodistas freelance son masivas y cada vez más comunes. La UIP destroza cámaras y requisa material fotográfico todos los días. Claro que las afectadas no trabajan para un medio serio y respetable como La Sexta.

Que tenga que pasar esto para que la opinión pública se espante demuestra hasta qué punto la ceguera es doble.

(Se quejan por ahí de que durante las horas que estuvo detenida no se le dio ni agua. Será porque es el trato habitual en las comisarías del Estado Español, qué cosas. Bienvenida y da las gracias, porque tuviste suerte).