Música euskocubana, el gaztetxe con las fotos sobre el escenario (euskal presoak, euskal herrira), Mikel hablando de independencia y socialismo (porque no podemos construir un recipiente vacío, sonríe), Maite contándome del 72, la lluvia en el trayecto de herriko a herriko, Ziortza diciendo que bueno, que se queda a un pote, yo mamando vida.
Cuando ayer (esta mañana) fui a despedirme, me sentía más grande que nunca, como recién crecida. Odei me cogió pegada a su cuello y me dijo "muchacha, gracias por todo", respiración entrecortada y mirada que podría derribar edificios. Después me di la vuelta y bajé hacia lo viejo con Fran de Córdoba y Sergi de Barna, la Concha abriéndose de a poco con sus farolas sobre la arena. Subí al hostal, desperté a Héctor, desayunamos amanecer esperando un bus para Madrid.
Gracias por todo, de verdad, gracias por dejarme comprender.
Eskerrik asko.
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