domingo, 19 de junio de 2011

Sin aliento.

No puedes. No puedes pretender mirarme así, sonreír con esa maldita mirada tuya de infancia atormentada, y pasar a preguntarme. No puedes describir lo que te gusta. No puedes creer que yo no me muero, no me diluyo, no me rompo de placer tratando de recordar al llegar a casa. No puedes hacer como si nada, como si no entendieras. No puedes apartarte el pelo de la cara de esa manera, joder, no puedes. No puedes dar besos en el cuello, no, ni abrazos por la espalda ni lecciones de experiencia. No puedes alardear de nada. No puedes hablar con voz quebrada. No puedes disertar de ésto, y de lo otro, con gesto serio y conocimiento de todo. No puedes afirmar que te encanta y quedarte en nada. No puedes dejarme así.

Capullo.

2 comentarios:

Ché Pérez dijo...

No podemos pero lo hacemos como buenos arrogantes que somos.

Vamos por encima de todo porque tenemos unos cojones que nos hacen creernos alcanzar más altura cuando, bien es sabido, es mentira.


:)

Anónimo dijo...

Uy... Uy...