viernes, 22 de abril de 2011

Ni putas ni sumisas.

Cada vez que te leo me entran ganas de ansias. De hacerlo todo con menos cuidado, que últimamente parece que mimo demasiado las cosas, míralo, ahí está, otra vez vuelvo a hacerlo. Me entran ganas de follarme a la vida así, con fuerza.

Cada vez que te leo me entran ganas de vivir. De sentir y de arañar, de tener heridas en los rabios y rasguños en las piernas; marcas rojas en la espalda.

Cada vez que te leo me entran ganas de que se me salga el corazón del pecho, joder, de inmolarme y desgarrarme por dentro. De amar y de odiar; me entran ganas de tener ganas. Sin más.

Cada vez que te leo a vos, me violan el alma. Que lo sepas.

Te quiero, Ché.

1 comentario:

Ché Pérez dijo...

no se merecen estas líneas. te juro me entra algo extraño por dentro.
no suelen hablarme de lo que escribo y, sinceramente, que lo hagan así no me deja indiferentel.

eres acojonante y no necesitas nada ni a nadie para comerte el mundo.

espero que sigamos en la mesa juntos.

te veo en el segundo plato?