Cada vez que te leo me entran ganas de ansias. De hacerlo todo con menos cuidado, que últimamente parece que mimo demasiado las cosas, míralo, ahí está, otra vez vuelvo a hacerlo. Me entran ganas de follarme a la vida así, con fuerza.
Cada vez que te leo me entran ganas de vivir. De sentir y de arañar, de tener heridas en los rabios y rasguños en las piernas; marcas rojas en la espalda.
Cada vez que te leo me entran ganas de que se me salga el corazón del pecho, joder, de inmolarme y desgarrarme por dentro. De amar y de odiar; me entran ganas de tener ganas. Sin más.
Cada vez que te leo a vos, me violan el alma. Que lo sepas.
Te quiero, Ché.
1 comentario:
no se merecen estas líneas. te juro me entra algo extraño por dentro.
no suelen hablarme de lo que escribo y, sinceramente, que lo hagan así no me deja indiferentel.
eres acojonante y no necesitas nada ni a nadie para comerte el mundo.
espero que sigamos en la mesa juntos.
te veo en el segundo plato?
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