jueves, 16 de mayo de 2013

Vamos caminando.

Las grietas se abren cada vez de una manera más evidente, sin disimulos, sin medias tintas. Madrid se resquebraja. Un Madrid es suyo: el Madrid de la represión, del silencio, del miedo; el Madrid del Régimen. La otra ciudad es nuestra Madriz rebelde, la ciudad de las de abajo, la combativa, la que defiende la alegría y organiza la rabia; el Madrid de nuestras vecinas, nuestros barrios, nuestras compañeras. 

Es el Madrid del Régimen el que mañana va a expulsar a cerca de 2.000 estudiantes de la Universidad Complutense por no poder pagar la matrícula, el que sitia Lavapiés para realizar redadas racistas (16 vecinas detenidas, hace apenas una hora y media) que han sido declaradas ilegales por tribunales internacionales, el que homenajea fascistas; es el Madrid del Régimen el que financia violencia de género y el que acaba de llevarse a uno de mis mejores compañeros y amigos con las manos esposadas. Nuestra Madrid, nuestro Madrid, no es ése. Porque nuestro Madrid va a pasar esta noche, y todas las que hagan falta, encerrado en el Vicerrectorado de Estudiantes de la UCM. Nuestro Madrid es el que se organiza, el que crea crea redes y echa a la policía de nuestras calles. Nuestro Madrid, nuestra Madrid, es cientos de mujeres escupiéndole a la cara a un Ministro de Justicia al que, ojalá, alguien le meta un día una percha por el culo.
 
Aquí estamos, resistiendo. Prometemos devolver cada uno de los golpes.

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